SAN LORENZO - HISTORIA

HISTORIA DEL MAS GRANDE DE CATAMARCA

EL SANTO, UN SENTIMIENTO.(Fútbol nuestro de cada día – Carlos Gallo).
San Lorenzo es el corazón del Barrio Alem. Desde su fundación fue un club libre hasta su afiliación en 1952. En este periodo tuvo grandes éxitos deportivos y prueba de ello son los 37 trofeos obtenidos, pero paralelamente tuvo un crecimiento social importante. De acuerdo a la memoria de los viejos vecinos del tradicional barrio, el club representa la continuidad del antiguo Pueyrredon, equipo que agrupaba a los jóvenes de principio de siglo. Luego adopto el nombre del ilustre obispo catamarqueño Dávila y Matos, que conservo hasta 1938. Al año siguiente con su sede en Mota Botello 1097, paso a llamarse San Lorenzo hasta 1943. A partir de allí se inscribía en los torneos con diferentes nombres Ocho Hermanos, Cervecería Buenos Aires, 25 de Mayo y Los Andes, y sufrió dos periodos de desorganización en 1946 y 1950. La reorganización definitiva se gesto en 1951, también como equipo libre, pero con firmes intenciones de afiliarse a la liga y obtener personería jurídica, hechos que ocurrieron al año siguiente.
El afianzamiento institucional fue de la mano del crecimiento del barrio, pero las circunstancias económicas y sociales acuciantes de la enorme barriada que apoya al club significan una permanente limitante para el despegue definitivo de San Lorenzo. El actual predio, de mas de 1400 metros cuadrados, fue adquirido en la presidencia de Antonio Chacón por gestiones del secretario Armando Córdoba. Alli es donde se concentraron definitivamente las actividades del Club. El Campeonato de 1967 marco un gigantesco paso a favor de lograr el respeto de los demás clubes. Paralelamente la enconada rivalidad con el león del altiplano fue creciendo a medida que pasaban los años. La década del 80 lo tuvo como protagonista central en los puestos de vanguardia. Como logica consecuencia las participaciones en los torneos de AFA abrieron una etapa de importantes choques interprovinciales con equipos de la región.
Los jugadores lograron “ roce” y los dirigentes hicieron experiencia en el manejo de situaciones con mayor responsabilidad. A esta altura , late en el corazón de los hinchas azulgranas la esperanza de que el santo se constituya en el primer equipo local en llegar a disputar un torneo en el fútbol grande. Un sueño todavía lejano que impone disciplina y constancia, pero por sobre todas las cosas, una dosis de pasión, esa misma que Domingo tras Domingo le transmiten desde el tablón “Los Ocoteros”.